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River Plate Buenos Aires

10.03.2013 PRIMERA DIVISION 2012/2013
River Plate Buenos Aires - Colon Santa Fe 2:1

Yendo al estadio, tenía una duda: tanto Argentina como Uruguay acababan de cambiar de hora la noche anterior y no estaba seguro de presenciar el partido por entero o tan solo el segundo tiempo. La primera hipótesis fue la buena y he de confesar que lo recordaré durante largo tiempo. A pesar del nivel bastante modesto del equipo invitado (o sea “dólares contra avellanas”, en efecto ¿ quién, en Europa, conoce a Colón Santa Fe?) el ambiente en el estadio tenía algo único, y es un verdadero desafío el querer describirlo. Unas dos mil personas reunidas reaccionan espontáneamente a casi todos los pases y se considera como una afrenta personal al equipo y a sus aficionados cualquier decisión del árbitro desfavorable al equipo de River Plate. Sólo presenciando personalmente el partido en el estadio V. L pude entender el sentido de aquella expresión, verdadero eufemismo: “en América latina, el fútbol es religión”. Sin querer hacer psicoanálisis, parece que a lo largo del partido (varias horas si se toma en cuenta el mismo partido y la logística del entorno), nada más en el mundo tenía importancia alguna. Los aficionados tienen un repertorio de cantos impresionante y parece que los tíos se van entrenando cada día en un verdadero coro. Bueno, hablo de tíos pero no es la pura verdad ya que, en el público, había numerosas representantes del “bello sexo”, y no sólo como acompañantes de los aficionados machos sino como grupos independientes de tías, hembras, entre sí. El héroe de los hinchas es, sin duda alguna, David Trezéguet, 35 años de edad, antiguo jugador de la selección nacional francesa ganadora del Mundial de 1998, el cual pasó unas diez temporadas en la Juventus ; ahora es el capitán del equipo de River Plate y su animador inspirado. Conquistó el corazón y el alma de los hinchas cuando decidió reunirse con el equipo que acababa de bajar, por primera vez en su historia, a “Prim. B. Nacional”, cosa que corresponde a segunda división. No sólo Trezeguet contribuyó a que el equipo subiera a primera división, tras una corta temporada, sino que también se volvió la encarnación del equipo y su punto de referencia. Hasta se rumorea que, cuando su amiga quiso volver a Europa, Trezeguet se negó a su chantaje al divorcio y decidió quedarse en Buenos Aires, convirtiéndose en el acto en la leyenda viva del club .Tras las ovaciones a la entrada de los equipos en la cancha, el público observó un minuto de silencio (probablemente en homenaje al Presidente de Venezuela que acababa de fallecer) seguido en el acto por un ataque del equipo de River Plate. Inauguró el marcador en el minuto 12 del partido ...¡vaya sorpresa!...Trezeguet que se aprovechó de un ligero momento de pánico del equipo invitado en su zona de penalti. El segundo gol (de Poncio) llegó 20 minutos más tarde y parecía que el equipo de Colón lo iba a pasar muy mal. Pero el equipo invitado logró resistir valientemente hasta el final del primer tiempo. Tras el descanso, volvieron a la cancha completamente transformados; el gol marcado 15 minutos antes de que el árbitro marcara el final fue fruto de la determinación, del valor y de la coherencia mostrados a lo largo del partido. River Plate no tenía capacidad para volver a marcar y restablecer la situación, así que el entrenador decidió conservar simplemente la ventaja en el marcador: por lo tanto echó fuera de la cancha a Trezeguet y pidió a los defensores que se concentraran en defender apoyados por algunos rápidos ataques ocasionales. Colón salía adelante bastante bien en esa configuración de juego y pronto hasta dominó por completo el partido. El público se estremeció en varias ocasiones en que estuvieron a punto de empatar y el equipo invitado echó a perder la oportunidad que se le ofreció durante los 4 minutos de descuento.
Tuvimos que quedarnos en el estadio durante unos 45 minutos para que los 4/5000 hinchas del Colón pudieran evacuar su sector de manera ordenada y volver a Santa Fe.
Tomé un taxi a unos cien metros del estadio: el taxista que llevaba una camiseta de River Plate pareció muy contento al enterarse de que alguien había venido desde Europa para ver jugar a su equipo favorito (quizás me equivocara, ya que no hablo español)…pero, no me ofreció ninguna rebaja.
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